¡Ay con la impaciencia! Hay que darle tiempo al tiempo
Cómo te decía, a Jorge le gustaba ir a pescar pero nunca cogía ningún pez en sus redes.
Un
día ya cansado y aburrido de no pescar nada se quedo dormido en la
orilla del río; había perdido la esperanza y decidió dejar la red hasta
el día siguiente. Cuando se despertó y empezó a recogerla casi abatido
por la decepción vio como la red estaba repleta de inquietos y vivaces
peces; con gran asombro recogió la red, los observo unos instantes y
los volvió a liberar ya complacido por haber conseguido lo que durante
tanto tiempo había soñado. Fue entonces cuando se dio cuenta que siempre
se precipitaba en sacar la red del agua y por esa razón nunca pescaba
nada.
Las decisiones más complejas y difíciles
de nuestra vida son como esa Red, si nos precipitamos en tomarlas
podemos encontrarnos con un gran vacío después.
Paremos, pensemos y decidamos
tranquilamente con una mente lúcida y relajada, reposemos como hizo
Jorge y es muy probable que al día siguiente nos veamos sorprendidos
gratamente con algo inesperado.
“Y es que las cosas siempre llegan a los que saben esperar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario