miércoles, 25 de diciembre de 2013

FRAGMENTO VI "LOS PORTALES DEL TIEMPO, EL PASADO Y FUTURO" del Libro "LAS VENTANAS DEL MUNDO"

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El Universo en el que vivimos es mucho más de lo que percibimos por nuestros sentidos, el ser humano tiene capacidades que van mucho más allá de lo que conocemos porque se nos oculta desde el poder meticulosamente: Recordemos que la ignorancia produce miedo y nos hace fácilmente manipulables.



FRAGMENTO VI


"LOS PORTALES DEL TIEMPO"

..mi mente no se dejaba controlar y, escurridiza, intentaba profundizar
en los recuerdos, tristes recuerdos que dolían; un trabajo
agotador unido a un amor desafiante y desesperado, que había
llegado a convertirse en obsesión, humillación y desencanto; un
darlo todo a cambio de una esperanza que nunca llegaba.

Yo era un paréntesis dentro de su realidad y nada era mejor
que el frío odio para contrarrestar la quemadura de la congoja
unida al dolor; ese dolor, el único amigo que me acompañaba
siempre, como si de un eunuco servil se tratase, día y noche,
siempre fiel, y no había ninguna cura, porque era un dolor que
nacía de los sentimientos acunados en mi interior.
Me sentía cansada, muy cansada. Fórmulas y más fórmulas,
estadísticas, hojas interminables de combinaciones numéricas
y la dulce voz de mi querida compañera de laboratorio,
Sara, advirtiéndome que abriese los ojos y no me fiase de ciertas
personas que tenía a mi alrededor, martilleaban persistentemente
mi cabeza, convirtiéndose en un verdadero cóctel explosivo.
Tenía que relajarme o me volvería loca, tenía que buscar
una solución al problema que no paraba de dar vueltas en mi
cerebro.
Entonces mi mente dejó paso a ese otro mundo donde las
fantasías y deseos renacen sin temores, deponiendo los miedos
en un sueño aletargado; me sentí engullida por una gran corriente
de aire que me arrastraba hacia un vacío de color indefinido
y sin final, trasladándome a una velocidad inimaginable;
sentía cómo vibraba mi cuerpo, cómo fluía la energía, fusionándome
con el espacio.

Flotaba plácidamente en la negrura estelar, ingrávida e incorpórea,
totalmente liberada y deponiendo arraigos, llegando
a mi mente fugaces imágenes acompañadas de rápidos y etéreos
pensamientos.
El tiempo tiene muchos portales, portales del pasado y del
futuro donde las vivencias y resultados de las mismas son totalmente
distintos, una mezcla de todos ellos me envolvía girando
a mi alrededor. Siempre había vivido con la suposición
de que el presente era una consecuencia del pasado, y el futuro
consecuencia del presente y, si pudiese ver mi futuro, ¿podría
entonces cambiar mi presente?
Todo era muy confuso y me sentía aturdida, no pudiendo
creer lo que me estaba ocurriendo. ¿Es que todo ello formaba
parte del ahora? Y si avanzase en el tiempo, ¿podría cambiar las
cosas? ¿Podría cambiar mi pasado obteniendo como resultado
un presente distinto?
Y así, en medio de la confusión sin entender nada de lo
que estaba sucediendo, me pedí a mí misma serenidad, tenía
que continuar hasta descubrir qué era exactamente lo que me
estaba ocurriendo, comprender el porqué me encontraba en ese
estado, y me dejé llevar hacia lo desconocido, dejando de controlar

por primera vez mi vida y mis sentimientos... (Continuará,  ver Fragmento VII)



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lunes, 23 de diciembre de 2013

La Navidad de Archy


De Oriente a Occidente y de Occidente a Oriente, la Navidad es un periodo de reconciliación y buenos deseos que se expande por el Mundo y en este caso “Archi” nos enseña una lección.

-Estoy  un año más sin saber de qué manera hacer llegar a todos mis deseos de felicidad para este próximo año; aquí, sentado al lado de un pequeño árbol Navideño hecho de cartón y bolitas de algodón, un año más sin poder saber explicar que en este mundo confuso hace falta más comprensión que ironía, mas paciencia que prisas, mas tolerancia que presión, más lealtad a nosotros mismos que apariencia, menos orgullo y más corazón-.
-Yo, aquí sentado junto a este pequeño árbol de cartón y como espectador, veo las luces que acompañan la ilusión en nacientes ojos vírgenes, tristeza en otros ya maduros, acusando la experiencia de un tiempo vivido y ahora añorado;  veo cúmulos de sensaciones, preguntas sin respuestas y esperanzas de reconciliaciones. Un tiempo para la reflexión, el análisis y la buena voluntad de mejorar siempre un futuro que cuando llega ya se fue.-

-Yo, soy un perrito que ha aprendido una lección; abandonado de pequeño, fui recogido en adopción y  no necesitaba más que  la dulzura de las manos de mis amos y un entorno cálido donde rebosase el amor.-

-¿Qué es la Navidad? La Navidad es ver en los ojos del otro la Felicidad y para eso no necesitamos esperar un año. Navidad es sacar todo lo bueno que hay en nosotros y entregarlo.-

- ¿Qué os puede decir de la Navidad un pequeño perrito abandonado?. Pues… simplemente que sean felices hoy y mañana, porque cuando llegue mañana será hoy y entonces tendremos una Eterna Navidad, ustedes, mis amos y yo.    

FELIZ NAVIDAD!!!



Autora del libro "Las Ventanas del Mundo": http://www.youtube.com/watch?v=vxaA8mnOroM

Autora de los libros: Flores entre escombros

http://libritienda.com/product.php?id_product=919
Autora del libro "La 5ª Clave. Encuentra lo que siempre has buscado" http://www.youtube.com/watch?v=iXFccTVfMfM


domingo, 15 de diciembre de 2013

Relato: Lucha de elefantes

Cuando dos elefantes luchan, es la hierba la que sufre…Proverbio africano.
!Basta ya! grito una pequeña brizna de hierba erizando orgullosa su pequeño, verde y tierno tallo. ¡No queremos morir siendo aplastadas! Si queréis luchar, hacedlo dejando al pueblo a un lado; luchad en los desérticos parajes donde sólo bajo vuestras grandes y pesadas patas haya barro.
Las otras briznas de hierba, aterrorizadas se miraban desesperanzadas, esperando el momento de ser una vez más, por los grandes elefantes pisoteadas.
-No os desaniméis – Grito de nuevo la pequeña brizna de hierba erizando orgullosa su pequeño y verde tallo, – ¡no nos dejemos vencer;  aunemos nuestras fuerzas  entrelazando nuestras raíces para que así no puedan con facilidad arrebatarnos nuestras vidas!
Los dos grandes elefantes en uno de sus arrebatos, a la tierra miraron y vieron lo pequeños que eran utilizando en su lucha golpes bajos, sin razonamientos, una lucha con engaños y continuas falacias dejando bajo sus patas un suelo desolado.
Y la pequeña brizna de hierba, casi sin aliento y envuelta por el fango que tras la lucha de los dos elefantes habían dejado, grito de nuevo -¿Qué haréis entonces? ¿Qué haréis cuando bajo vuestras pesadas patas nada haya quedado?- El vencedor será entonces rey de reyes en un país desolado.
Nosotros, el pueblo, somos esa hierba que recibe como verdad la basura de los excrementos de esos grandes elefantes que luchan por el poder,  sin cuidar ni proteger a las pequeñas briznas de hierba que son las que nutren y mantienen la tierra.
Hoy sopla el viento llevando con él miles de pequeñas voces de briznas de hierba, que erizan orgullosas su verde y tierno tallo gritando “Con nosotras No, con nosotras No podrán de la tierra arrancarnos”.
España, tierra de descubridores, ha quedado sumida en el olvido de la prosperidad como el  viejo  “Clow” ya retirado.



Autora de los libros: Flores entre escombros

La 5ª Clave. Encuentra lo que siempre has buscado

sábado, 14 de diciembre de 2013

FRAGMENTO V "EL ZOMBI LLAMADO PROTOCOLO DE KIOTO" del libro "LAS VENTANAS DEL MUNDO"

"Los azotes físicos y las calamidades de la naturaleza humana hicieron necesaria la sociedad. La sociedad se agregó a los desastres de la naturaleza. Los inconvenientes de la sociedad hicieron necesario al Gobierno, y el Gobierno se agregó a los desastres" Chamfort (Nicolás Sebastien Roch)

FRAGMENTO V

"EL ZOMBI LLAMADO PROTOCOLO DE KIOTO" 



....poco a poco iban apareciendo más y más extensiones invadidas por el plástico, así como tampoco se hablaba de otras vergüenzas, como las apariciones de las ciudades vertedero.


El barrio de Agbogbloshie, en Ghana, era uno de ellos, donde el viejo río Densu que lo atravesaba y que antaño fuera fuente de riqueza, serpenteaba entre la inmundicia destilando muerte debido a los vertidos contaminantes que recibía, depósito de millares de toneladas de basura electrónica procedente de Europa y Norteamérica.
                
Ya no se sabía dónde mirar. Pasábamos de la sequía más absoluta en el llamado Cuerno de África, donde millones de personas morían de hambre, a las desbordadas inundaciones en el centro de China; la presa de Las Tres Gargantas(4) ahogaba a China y el río Yangtsé era su mayor protagonista, barriendo todo lo que encontraba en sus orillas haciéndolo desaparecer bajo sus aguas.

Nueva York, Sumatra, Anchorage, Londres, Tucson; ciudades altamente amenazadas ante este clima esquizofrénico de deshielos y erupciones solares, se resquebrajaban en cientos de kilómetros cuadrados.

(4) La mega-presa de “Las Tres Gargantas”, la mayor presa del mundo cuya construcción ha implicado la desaparición de casi veinte ciudades.

Los tsunamis sucedían a los terremotos. La tierra temblaba tanto que parecía deshacerse, disipándose en el vacío, y allí seguíamos sintiéndonos absolutamente indefensos.

¿Qué se podía hacer? De nuevo volvía la impotencia de los más atrevidos y quienes se sentían incapaces de decir la verdad, manipulados y dirigidos, se quedaban bloqueados ante las constantes amenazas de las grandes potencias mundiales; lo único que pudieron conseguir fueron reuniones interminables sin soluciones inmediatas, como el zombi llamado Protocolo de Kioto, décadas conocidas como la pérdida en la lucha del cambio climático cuyo resultado eran promesas en lugar de compromisos.

Mientras la naturaleza seguía su libre albedrío, mi vieja y querida Europa era uno de esos cinco continentes que agonizaba, sin faltar las erupciones volcánicas.

Era como si la Tierra quisiera vomitar todo el mal que le estábamos causando lanzando a través de su gran boca cenizas ardientes al aire, cubriendo cientos de ciudades y pueblos. No existía cielo ni tierra, solo polvo, un polvo gris que al penetrar en tus pulmones te dejaba paralizado, apenas sin respiración.

¿Era acaso un castigo?

La naturaleza se había vuelto implacable y despiadada, andábamos tan perdidos... ¿Qué buscábamos realmente? Por qué no se tomó una unánime y firme decisión para salvarnos?
Entre tanto desastre, la vida continuaba a duras penas; nos negábamos a ver la realidad, nos negábamos a ver la amenaza constante de la naturaleza sobre el ser humano, simplemente había una resignación egoísta a lo evidente; como si nada estuviese ocurriendo, se cubría con un tupido velo el día al caer la noche.

¿Cómo empezó todo?
Un día más, me veía sentada ahí, mirando hacia ningún sitio.
Una habitación aparentemente acogedora donde el frío y la soledad se respiraban en cada pequeña y diminuta grieta, en cada poro de esa aparente lisa pared donde parecía resbalar todo, donde el frío helaba hasta el corazón más ardiente.

Una desgastada silla de madera en la habitación, algo desplazada de mi mesa de estudio, me mostraba el paso del tiempo; ese tiempo silencioso que no se ve, no se huele y no se oye, pero que va dejando su huella día tras día sin piedad para nadie, inconmovible e imperturbable, devorando cada milímetro de nuestra piel.

Era una simple habitación cuyos recuerdos se agolpaban amontonados y confusos en cada espacio respirable, como jóvenes jenízaros en la noche.

Acababa de llegar a casa después de un largo día. Yo era la gran ejecutiva, la gran doctora, la mujer perfecta, tenía a mi alcance todo por lo que luché durante ese tiempo en el que pasé hablándole a la soledad en lugar de vivir y amar.

Sin saber cómo ni por qué, me senté en esa vieja silla de madera, mirando sin ver a través de la única ventana que tenía la habitación, una ventana que separaba mi mundo y el resto del mundo; solté mi bolso como si fuese mi propio cuerpo desplomándose.
Sentada con la piernas entreabiertas y los brazos caídos, miré a través de la ventana sintiendo la calidez de ese otro mundo acariciándome tímidamente, percibiendo un dulce calor que me hacía estremecer de un placer del cual no quería desprenderme.

Una repentina luz causada por los faros de un solitario coche hizo que mi cara y mi cuerpo se viesen reflejados en aquella ventana y, allí sentada, me vi pálida como si de una estatua de mármol se tratase.

Por mi aspecto frío y tétrico, me vi débil y cansada, una verdadera estatua a la que simplemente la vida no llegaba, donde mi cuerpo exteriormente inmóvil vibraba solo internamente, quedándose bloqueado e inerte en esa silla de madera que tantas tardes y noches aguantó el peso de mi silencio y soledad.
Mimirada permanecía perdida en una lejanía cercana y ausente de una vida pasada, sin esperanza de una vida futura. Allí, sentada al lado de mi ventana, había llegado la noche y el frío empezaba a reflejarse en el soberbio cristal de mi habitación.

Ni un parpadeo, ni un gesto o mueca que pudiese dar un toque dulce a mi cara occisa, solo oía el silencio recorriendo mi sien de lado a lado, un silencio que ahondaba toda la habitación adormeciendo mi mente y transportándome a otros espacios.

De repente, el sonido de mi respiración me hizo despertar, estertores de la muerte me hacían volver de un largo viaje donde... (Continuará, ver Fragmento VI)

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martes, 10 de diciembre de 2013

FRAGMENTO IV "UN POLVORÍN A PUNTO DE ESTALLAR " del libro " LAS VENTANAS DEL MUNDO"

Yo observo la historia de los tesoros que ustedes encontraron. ¡Veo la continuación! Mi sabiduría es tan despreciada como el caos. ¿Qué es mi nada, frente al estupor que les espera a ustedes?

Arthur Rimbaud





FRAGMENTO IV

UN POLVORÍN A PUNTO DE ESTALLAR


Los países más afectados empezaron a rebelarse, se sentían incómodos con sus gobiernos, a quienes culpaban de su situación, la cual había llegado a ser insostenible.

Manifestaciones y críticas, luchas del poder por el poder y así, ante la confusión y desconcierto, un reguero humano había iniciado una nueva andadura por todo el planeta, solo querían huir en busca de algo mejor, una vida al menos más digna, pero no había salida, el mundo estaba enloqueciendo y la inestabilidad se encontraba allá donde fueres.

Conjuntamente a la indolencia, negligencia y corrupción de muchos gobernantes, que con su desprecio ante la naturaleza y el hombre no tomaron decisiones drásticas para dar un giro al sistema que nos diera un atisbo de esperanza, se fueron sucediendo grandes desastres naturales, producto de los desequilibrios ocasionados por el ser humano, y así un día tras otro nos iban anunciando en los diversos medios de comunicación el adelanto de lo que iba a ser nuestra propia agonía.

Era frecuente escuchar en gentes humildes describir con naturalidad durante horas los desastres venideros, conduciéndoles finalmente a las lágrimas; hablaban del calentamiento global como verdaderos expertos.

«El calentamiento global», comentaban, «ocurre cuando el dióxido de carbono y otros contaminantes del aire se acumulan en la atmósfera y forman una capa cada vez más y más gruesa, atrapando el calor del sol y causando el calentamiento del planeta». «Este hecho», decían, «nos arruinará y matará a todos».

Pero no era solo el calentamiento de la atmósfera la posible ruina de nuestras vidas, ya que se seguían construyendo centrales nucleares y estas eran la principal fuente de contaminación por la emisión de dióxido de carbono, antenas de telefonía, radiaciones ionizantes(1) que en unos pocos años había pasado de dos coma cuatro milisieverts a cuatro sieverts(2), provocando en el ser humano en pocos años enfermedades cada día más desconcertantes.
En definitiva, un mundo lleno de confusión donde las ondas de alta frecuencia, que convivían las veinticuatro horas del día con el resto de contaminantes, dejaban sin amparo y a merced de las enfermedades e infecciones emergentes a generaciones cada vez más vulnerables.

¿Cómo se podría parar todo eso? Miraras donde miraras, era un caos envuelto en un bonito papel de regalo que solo unos pocos se atrevían a abrir, quedándose aterrorizados al ver su contenido.

La guerra silenciosa,mortífera, y el acelerado ascenso contra la naturaleza llevado a cabo por la expansión a escala planetaria del sistema urbano-agro-industrial ya no se podía parar, y empezó a actuar como un auténtico boomerang contra nosotros mismos.

La contaminación en los mares reflejaba tal fatalidad, donde billones de toneladas de residuos y desechos del mundo se arrojaban en ellos sin el debido tratamiento y control, derrames de hidrocarburos, restos agrícolas, pesqueros e industriales; el mar se había convertido en el mayor vertedero del planeta.
Los primeros indicios de ello comenzaban a aparecer, el primero fue en una zona relativamente estacionaria del Pacífico Norte y con una extensión equivalente a tres Penínsulas Ibéricas donde se localizaba una gran masa de basura formada por cientos de millones de toneladas de desechos microscópicos, que dejaban en evidencia el poder contaminante del ser humano sobre su entorno, «La Sopa Plástica(3)» del planeta.

Pero de estas vergüenzas no se hablaba, no nos contaban.... (Continuará, ver Fragmento V)

(1) El daño producido al cuerpo humano por todo tipo de radiaciones se mide con una magnitud denominada dosis de radiación. Un sievert (Sv) es la unidad que mide esa dosis de radiación, por ejemplo el daño que producen al cuerpo los rayos X.
(2) Una dosis de 4 sieverts, estadísticamente, es letal para el 50 % de las personas que la reciben. Se estima que en 4 radiografías de tórax se recibe una dosis de 1 milisievert, aproximadamente.

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domingo, 1 de diciembre de 2013

FRANGMENTO III LA CRISIS "LAS VENTANAS DEL MUNDO"

ROBERTSON, F. WILLIAM DIJO:

"La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer. » 

Sin duda, el mundo estaba cambiando y todo ello estaba orquestado no permitiéndonos ver lo evidente, manipulando una realidad que cada día era más decadente.  

140 Figuras influyentes del mundo de la política, finanzas y comunicación deciden nuestro futuro.

Conflictos armados por petroleo, perdidas de derechos básicos,enfermedades crónicas mantenidas por intereses de los mas poderosos.

¿Qué se pretende? Lo que actualmente llamamos  crisis financiera que tan duramente está afectando a medio mundo con terribles consecuencias no es más que un plan premeditado y elaborado de forma concienzuda por unos pocos para endeudar a la población y elevar de esta manera el nivel de esclavitud por el cual muchos se ven sometidos y doblegados a la voluntad de una minoría.





FRAGMENTO III

INICIO DE UNA CRISIS

Nos encontrábamos en plena crisis mundial, abriéndose las puertas
a un capitalismo global y al previsible colapso civilizatorio.

Era el año 2014 y se había establecido un proceso que aseguraba la libre circulación de capitales, intercambios culturales, políticos y sociales en prácticamente todo el mundo, eso sí, sin pensar la mayoría de los ingenuos que apoyaban este fenómeno en las muchas limitaciones y falsas promesas que bajo las alfombras de aparentes honestos y firmes gobiernos del planeta se escondía.

Se asumió a comienzos del siglo XXI el modo burgués de vivir conforme a los valores de la sociedad de consumo, cuyo modelo estaba configurado por la santa trinidad del hombre contemporáneo, que no era el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sino el «Dinero», el «Consumo» y el «Estatus». Estos eran
no solo el objetivo final, sino la medida de todas las cosas.

El mundo se encontraba polarizado entre un Norte rico y consumista y un Sur empobrecido y con dificultades de acceso a los recursos básicos.

La globalización cultural, como forma de transnacionalización de la cultura, se canalizó a través de vías de diferente naturaleza: los medios de comunicación de masas y el comercio internacional ligado, cómo no, a la gran expansión propagandística y publicitaria.

Un espectacular desarrollo de los medios de comunicación de masas fue transformando al planeta en una «aldea global» conmovida por la «explosión informativa», cuya estrategia era la ocultación de la realidad propia de la actividad comunicativa, ya que esta estaba controlada y manipulada por las grandes corporaciones.

Los «verdaderos amos» del mundo plasmaron el modelo de individuo que necesitaban para así ellos poder funcionar. Individuos encuadrados en un rebaño, haciéndoles creer que estarían fuera de él si no compartían sus razonamientos.
Curiosamente, este tipo de globalización había comenzado varios años atrás; particularmente en los momentos en que Europa estuvo superpoblada y sufrió un importante desempleo; mediante flujos migratorios hacia todos los continentes del planeta, la crisis en Europa se fue superando. Los europeos viajaron, exportaron pero también expoliaron culturas, sometieron a los nativos, y explotaron abiertamente sus riquezas siglos atrás.

Años después tropezábamos con la misma piedra, nos encontrábamos
de nuevo ante flujos migratorios, pero esta vez bajo la sombra de la mayor crisis mundial conocida.

El planeta entero estaba controlado por una gran potencia:

«La Banca». De ahí, sus ramificaciones se extendían a países que a su vez controlaban a otros países dentro y fuera de sus propios continentes.

Un caso patente fue el de Alemania, quien dirigía al resto de los países europeos bajo la sombra de la banca.

Se vivía en un mundo cansado, con síntomas de agotamiento e incluso de aburrimiento y sin ilusiones, cuyo horizonte se encontraba desplomado de esperanzas unido a un gran vacío de utopías y de ideales. Todo un planeta de «ciudadanos hormiga».

La pobreza, el hartazgo por la inmovilidad política y la falta de democracia encendían miles de mechas en los corazones de la gente de a pie, un verdadero polvorín a punto de estallar...(Continuará, ver Fragmento IV)

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sábado, 30 de noviembre de 2013

FRAGMENTO II EL INICIO DE UNA HISTORIA del libro "LAS VENTANAS DEL MUNDO"

ROBERTSON, F. WILLIAM DIJO:

"Hay un pasado que se fue para siempre, pero hay un futuro que todavía es nuestro."

Empecé a recordar, seguía sentada allí, agotada... eran atisbos de mis emociones de un pasado que recordaba con añoranza viendo como un presente lloraba por aquello que fue y no volvería, los sentimientos me tenían bloqueada y aumentaban mi agotamiento. Todo ello iba grabándose en mi mente, fotografías secuenciadas de un pasado y la realidad de un presente que debía imprimir, que debía contar y así comencé el inicio de una historia. 






FRAGMENTO II


EL INICIO DE UNA HISTORIA

Me contaban mis abuelos cómo en los días de fiesta, amigos y familiares hacían pequeñas excursiones al río que tenían cerca de su ciudad; bajo una frondosa y verde arboleda cercana a la orilla del río extendían grandes telas de múltiples colores y todos compartían la comida: una tortilla de patatas, filetes empanados, pimientos verdes y refrescos. Todo junto a una gran sandía que ataban con mucho cuidado a una cuerda de cáñamo que a su vez estaba sujeta a un pedrusco, dejándola en la orilla del río durante horas hasta que estuviese suficientemente fresca; allí observaban cómo las pequeñas plantas que crecían en su orilla se dejaban mecer a merced del agua que golpeaba alegremente las piedras y juncos que a su paso encontraba; escuchaban el sonido de los pájaros y veían cómo algunas ranas saltaban sin ningún temor compartiendo su hábitat con ellos que, incansables, chapoteaban y nadaban hasta el atardecer; una ligera siesta, un nuevo baño y la vuelta a casa. 
La alegría reinaba en sus corazones y no necesitaban nada más, el sonido del agua de aquel río limpio y fresco, lleno de vida y color, junto con el recuerdo de sus risas y las anécdotas ocurridas en el día, les acompañarían hasta la siguiente excursión.

Hoy he ido a conocer ese río del que tanto me hablaron mis abuelos y he llorado. Busqué la arboleda y sí, encontré unos pocos árboles cuyas secas raíces desnudas se asomaban bajo la tierra suplicando ayuda, árboles mutilados y otros desamparados cuya tristeza se veía reflejada en sus hojas, hojas grises teñidas por los gases de los coches de la autopista cercana. ¿Qué había sucedido? No había juncos, ni piedras, ni ranas, ni se oía el ronco fragor de sus aguas.

¿Qué había ocurrido con su insinuante y atractivo color?

En pocos años se había convertido en una charca que desprendía un olor nauseabundo, permaneciendo allí prácticamente inmóvil, inerte. Sus aguas iban acompañadas de una especie de arco iris triste y apagado, una variedad de colores mutilados entre verdes y morados; y los pocos peces que se habían resistido queriendo sobrevivir, flotaban finalmente muertos, asfixiados en la orilla donde el cieno formaba una tierra pegajosa y resbaladiza, compartiéndola con cientos de insectos que volaban cortejando la muerte que entre la basura se acumulaba.

Una vista fantasmagórica, una escena surrealista dentro de una realidad. Y allí, de pie, mirando a mi alrededor, lloré. Lloré desconsoladamente y sentí una gran tristeza y angustia; me sentí parte de ese árbol, de ese río y de esos peces.

Un gran vacío llenó mi ser, sintiendo la impotencia y la vergüenza
de ser parte causante de la creación de ese espectáculo tan desolador.

A lo lejos, un gran bullicio entre música, motores de coches y gentío llegaba a mis oídos entremezclándose con el aire, provenía de unos grandes almacenes llenos de luz y colores artificiales que se erigían orgullosos y ajenos a ese espeluznante espectáculo como un gran panteón al pie del agonizante río.




Me pregunté qué ocurriría dentro de unos años con mi mar, ese mar azul cuyas olas acariciaban constantemente la orilla, mojando esa fina tierra, desprendiendo ese olor a sal y a vida; qué sería del volumen de las nubes, la velocidad y dirección de los vientos, la textura del cielo por la noche, el color
del sol en el día, la intensidad del rocío al amanecer; qué sería de esos pequeños pececillos que sin ningún temor nadaban alrededor de mis pies, de los paseos por la playa donde el viento receloso acariciaba con mimo mi piel, el sonido de los niños que inquietos y burlones construían sus castillos de arena adornándolos con conchas y algas marinas mientras que pequeños
cangrejos corrían despavoridos hacia la orilla sintiéndose amenazados por aquellos traviesos pequeños.

¿Podría ocurrir lo mismo? ¿Podría el eco de esas risas llenas de vida desaparecer? ¿Podría un día abrir mis ojos y ver mi mar, mi playa, mis recuerdos, todos esos olores transformarse de igual manera que se transformó el río de mis abuelos?

«Nada perdura», pensé. ¡Qué tristeza!, ni siquiera los pensamientos en nuestro interior.

El mundo está cambiando y, aunque la memoria incansable se resiste manteniendo vivo en nuestra retina lo que era la sociedad, quizás dejemos de recordar esas maravillosas sensaciones que un día percibieron nuestros sentidos y no merecerá la pena perder el tiempo buscándolas; simplemente desaparecerán o se olvidarán.... (Continuará,  ver Fragmento III)

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María del Carmen Aranda en la Fería del Libro de Madrid "Retiro"

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