miércoles, 7 de febrero de 2018

EN LO ETERNO

María José Sánchez Lorenzo, Gemma León, Ana Benegas Haddad y Carmen Aranda, en la inauguración de la exposición de Ana Benegas, en el Museo Tiflológico de la ONCE
Gemma León, consejera general de la ONCE, María José Sánchez Lorenzo, jefa del Departamento de Promoción Cultural y Braille de la ONCE, María del Carmen Aranda, escritora y la propia Ana Benegas.


Presentación de la escritora María del Carmen Aranda a la artista polifacética  Ana Benegas



Redactado por la ONCE

‘En lo Eterno’, esculturas de la artista polifacética Ana Benegas Haddad, en el Museo Tiflológico de la ONCE

25 de enero del 2018
Del 26 de enero al 17 de marzo, calle La Coruña, 18 Madrid
Las obras pueden verse y tocarse
Ana Benegas Haddad muestra parte de sus esculturas, que pueden verse y tocarse, en el Museo Tiflológico de la ONCE (calle La Coruña, 18. Madrid), del 26 de enero al 7 marzo, en horario de martes a viernes, de 10 a 14 horas y de 17 a 20 horas; y sábados, de 10 a 14 horas. Un total de 17 esculturas en bronce forman parte de esta exposición, titulada ‘En lo Eterno’.
La exposición ha sido presentada por Gemma León, consejera general de la ONCE, María José Sánchez Lorenzo, jefa del Departamento de Promoción Cultural y Braille de la ONCE, Carmen Aranda, escritora y periodista, y la propia Ana Benegas.
Nacida en San Sebastián en 1958, y afincada en Madrid, Ana Benegas une a su faceta de escultora las de psicóloga, poetisa, cantautora, articulista y comunicadora, que la convierten en una artista polifacética. Compone canciones desde muy niña, obteniendo premios en concursos intercolegiales, como artista novel en su juventud y Premio por el Ministerio de Cultura a la mejor letra y calidad de textos de Canción de Autor, por la calidad de sus letras y enriquecedoras composiciones.
A partir de 1992 expone su obra de escultura en un amplio listado de exposiciones colectivas e individuales en distintos países. Plasma a través de sus manos una obra escultórica que aúna la geometría de sus sonidos, el color de sus palabras, la móvil visibilidad de la idea. Palabra, música y materia se hermanan.
Ana Benegas lucha por la libertad. Es creadora, artista, social y humanista con una destacada proyección multidisciplinar y vanguardista en el terreno artístico. Aplica el arte en su trabajo de psicoterapeuta en el que aporta valores pioneros de la Psicología con su integración de las nuevas terapias y el arteterapia.
Las obras expuestas son ‘En lo eterno’, ‘Dentro y fuera’, ‘Trilogía’, ‘Interior’, ‘Cero e infinito en lo otxo’, ‘La mujer alada’, ‘Para siempre’, ‘Mujer y virgen’, ‘El hombre arrodillado’, ‘Proximidad de lo hueco’, ‘En el vértice el amor’, ‘Ausencia’, ‘La mujer y el arpa’, ‘Sin ti’, ‘Almas separadas’, ‘Otra esfera’ y ‘Dos almas’.
Las esculturas cuentan con los títulos en Braille, y están provistas de códigos QR, con información accesible a personas con ceguera o discapacidad visual a través de teléfonos móviles. Además, cuentan con beepcons, balizas inteligentes de guiado diseñadas para facilitar a las personas con discapacidad visual la identificación y localización de objetos cercanos, mediante una aplicación móvil. Esta herramienta, desarrollada por ILUNION Tecnología y Accesibilidad, hace llegar a la persona con discapacidad visual información sobre un punto concreto del edificio o sobre las obras expuestas, pudiéndolas localizar fácilmente a través de un sonido.

Una muerte silenciosa- del libro Las Ventanas del Mundo


UNA MUERTE SILENCIOSA


Era frecuente escuchar en gentes humildes describir con
naturalidad durante horas los desastres venideros, conduciéndoles
finalmente, a las lágrimas. Hablaban del calentamiento global
como verdaderos expertos.
«El calentamiento global», comentaban, «ocurre cuando
el dióxido de carbono y otros contaminantes del aire se acumulan
en la atmósfera y forman una capa cada vez más y más
gruesa, atrapando el calor del sol y causando el calentamiento
del planeta». «Este hecho», decían, «nos arruinará y matará
a todos».
Pero no era solo el calentamiento de la atmósfera la posible
ruina de nuestras vidas, ya que se seguían construyendo centrales
nucleares y estas eran la principal fuente de contaminación
por la emisión de dióxido de carbono, antenas de telefonía,
radiaciones ionizantes1 que en unos pocos años había pasado
de dos coma cuatro milisieverts a cuatro sieverts 2, provocando
en el ser humano en pocos años enfermedades cada día más
desconcertantes.
En definitiva, un mundo lleno de confusión donde
las ondas de alta frecuencia, que convivían las veinticuatro
horas del día con el resto de contaminantes, dejaban sin amparo
y a merced de enfermedades e infecciones emergentes a
generaciones cada vez más vulnerables.



MARIA DEL CARMEN ARANDA
Del libro "LAS VENTANAS DEL MUNDO"
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