Vivía
sin vivir,
amaba
sin querer,
quería
sin sentir.
Andaba
frío y sereno,
y
en su rostro reflejaba la tumba de su alma,
en
un paraje para él, siniestro.
Yacía
en soledad ante el tumulto y la risa.
¿Lloraba?
Lloraba
sí,
lloraba
en silencio.
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Del libro "LA 5ª CLAVE"
Perdonar no es olvidar, es recordar sin dolor. La grandeza de un hombre no se mide por lo que tiene, sino por la valentía que ha ido demostrando en su camino, cada vez que un tropiezo le hizo caer y volvió a levantarse.
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