Nací en un lugar sin nombre donde no existían los colores,
ni azules, ni blancos, ni verdes, sólo grises, negros y marrones.
Nací en un lugar donde el aire era golpeado por aristas de rencores y el sol secuestrado por las armas de guerra, vaciando las noches de estrellas y constelaciones.
Nací en un lugar donde no existían los ruiseñores y las flores marchitas ya no lloraban.
Días de desconcertantes silencios, sombras desnudas, danzando, rompiéndose en mil jirones.
Se enteró la esperanza con manos teñidas de sangre y la luna apartó sus ojos llevándose a otros lares su alianza.
Nací en un lugar sin nombre, donde la Paz y el Amor no se conoce.
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