UNA
MUERTE SILENCIOSA
Era
frecuente escuchar en gentes humildes describir con
naturalidad
durante horas los desastres venideros, conduciéndoles
finalmente,
a las lágrimas. Hablaban del calentamiento global
como
verdaderos expertos.
«El
calentamiento global», comentaban, «ocurre cuando
el
dióxido de carbono y otros contaminantes del aire se acumulan
en
la atmósfera y forman una capa cada vez más y más
gruesa,
atrapando el calor del sol y causando el calentamiento
del
planeta». «Este hecho», decían, «nos arruinará y matará
a
todos».
Pero
no era solo el calentamiento de la atmósfera la posible
ruina
de nuestras vidas, ya que se seguían construyendo centrales
nucleares
y estas eran la principal fuente de contaminación
por
la emisión de dióxido de carbono, antenas de telefonía,
de
dos coma cuatro milisieverts a cuatro sieverts 2,
provocando
en
el ser humano en pocos años enfermedades cada día más
desconcertantes.
En
definitiva, un mundo lleno de confusión donde
las
ondas de alta frecuencia, que convivían las veinticuatro
horas
del día con el resto de contaminantes, dejaban sin amparo
y
a merced de enfermedades e infecciones emergentes a
generaciones
cada vez más vulnerables.
MARIA DEL CARMEN ARANDA
Del libro "LAS VENTANAS DEL MUNDO"
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