En La Biblioteca Pública Retiro de Madrid
María del Carmen Aranda, Lucia de Vicente, Rocios Castrillo y Paloma Presidenta de la Asociación. |
LA MUJER
Sin duda la mujer ha tenido muy pocas oportunidades por estar vetada en esta sociedad o más bien podríamos decir en este mundo. Nos han tildado desde tiempos inmemorables de seres inútiles y poco imaginativos obligadas a la servidumbre del hombre.
Podríamos decir que la primera fotografía de la mujer, metafóricamente hablando fue Eva.
Según la Biblia, Dios hizo una mujer y la trajo al hombre, y la hizo de su mismo cuerpo para que la amara. Cuando Adán supo que había sido tomada de él, dijo: esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne (Gen.2:23).
Y así con esta premisa, si ya en el siglo IV a.c. Platón pugnaba débilmente a favor de la igualdad de la mujer y hombre, su discípulo Aristóteles fue una clara regresión, manejando de muchas formas la inferioridad femenina, ejerciendo una gran influencia intelectual en occidente durante más de dos mil años.
Gustave Flaubert, Federico Garcia Sanchiz, Ramón y Cajal, Oscar Wilde ó Dostoievski, por nombrar a algunos de los grandes misóginos de nuestro tiempo, hicieron de su filosofía y pensamiento un gran techo para que la mujer se mantuviera encasillada e hiciera las veces de esclava.
En España, tras la entrada de la mujer en las universidades y a pesar de las grandes dificultades que nos vamos encontrando diariamente, nos vamos abriendo camino gracias a nuestro tesón y constancia, día a día de un modo implacable, demostrando que somos capaces de dirigir nuestras familias, nuestra economía y nuestra vida sin depender de un hombre tras nuestras espaldas.
Los primeros atisbos de mejora de posición de la mujer, surgió básicamente de las doctrinas de la revolución francesa y los cambios económicos que produjo la revolución industrial. En España, la débil y disgregada industrialización del siglo XIX, la escasa fuerza de la ilustración y la hostilidad del conservadurismo católico hacia las ideas igualitarias hizo que llegase con retraso respecto a otros países europeos, llegándose a considerar el feminismo como una herejía desatada por los enemigos de la Fe y de España con el único objetivo de destruir la vida familiar y social.
Con la revolución de 1869 se cuestionaba por primera vez el ideal tradicional sobre las funciones que debía desarrollar la mujer. En 1875 se produjo un parón y vuelta atrás, jugando la iglesia un papel importante en su retroceso y no fue hasta entrado 1936 con la intervención de las milicianas en la guerra civil cuando las mujeres respondimos de una manera desigual ante la tradición de tantos años, sufriendo las críticas, el rechazo y el desprecio de muchas de nuestro propio género.
Parece mentira que fuese en 1975 la primera vez que la mujer tuvo la posibilidad de abrir una cuenta bancaria a su nombre.
Tras la entrada de la Ley de Igualdad, en 2007 se ha conseguido en una pequeña proporción que algunas mujeres vayamos avanzando alcanzado esa jerarquía en puestos de alta responsabilidad; claro esta, siempre bajo el ojo crítico del hombre. Si un hombre se equivoca la reacción es la del compadreo ¿que pasa macho, tuviste mala noche? Pero ojo si el error lo comete una mujer, entonces el comentario es ¡ Fíjate, mujer tenía que ser! Por lo que las mujeres debemos estar demostrando cada segundo de nuestra vida, nuestra valía.
Rompamos ese techo de cristal creyendo en nosotras mismas sin dejarnos abatir, demos el valor que merece a nuestras posibilidades y capacidad y ayudemos a romper esos grandes techos de cemento que soportan nuestras homónimas en países donde los derechos humanos brillan por su ausencia; mujeres castigadas y maltratadas por el simple hecho de ser mujer.
Rocio Castrillo, María del Carmen Aranda, Lucia de Vicente y Paloma |
LA MUJER
Sin duda la mujer ha tenido muy pocas
oportunidades por estar vetada en esta sociedad o más bien podríamos decir en
este mundo. Nos han tildado desde tiempos inmemorables de seres inútiles
y poco imaginativos obligadas a la servidumbre del hombre.
Podríamos decir que la primera fotografía de la mujer,
metafóricamente hablando fue Eva.
Según la Biblia, Dios hizo una mujer y la trajo
al hombre, y la hizo de su mismo cuerpo para que la amara. Cuando Adán supo que
había sido tomada de él, dijo: esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi
carne (Gen.2:23).
Y así con esta premisa, si ya en el siglo IV a.c. Platón pugnaba
débilmente a favor de la igualdad de la mujer y hombre, su discípulo
Aristóteles fue una clara regresión, manejando de muchas formas la inferioridad
femenina, ejerciendo una gran influencia intelectual en occidente durante más
de dos mil años.
Gustave Flaubert, Federico Garcia Sanchiz, Ramón y Cajal, Oscar
Wilde ó Dostoievski, por nombrar a
algunos de los grandes misóginos de nuestro tiempo, hicieron de su filosofía y
pensamiento un gran techo para que la mujer se mantuviera encasillada e
hiciera las veces de esclava.
En España, tras la entrada de la mujer en las universidades y a
pesar de las grandes dificultades que nos vamos encontrando diariamente, nos
vamos abriendo camino gracias a nuestro tesón y constancia, día a día de un
modo implacable, demostrando que somos capaces de dirigir nuestras familias, nuestra
economía y nuestra vida sin depender de un hombre tras nuestras espaldas.
Los primeros atisbos de mejora de posición de la mujer, surgió
básicamente de las doctrinas de la revolución francesa y los cambios económicos
que produjo la revolución industrial. En España, la débil y disgregada
industrialización del siglo XIX, la escasa fuerza de la ilustración y la
hostilidad del conservadurismo católico hacia las ideas igualitarias hizo que
llegase con retraso respecto a otros países europeos, llegándose a considerar
el feminismo como una herejía desatada por los enemigos de la Fe y de España
con el único objetivo de destruir la vida familiar y social.
Con la revolución de 1869 se cuestionaba por primera vez el ideal
tradicional sobre las funciones que debía desarrollar la mujer. En 1875 se
produjo un parón y vuelta atrás, jugando la iglesia un papel importante en su
retroceso y no fue hasta entrado 1936 con la intervención de las milicianas en
la guerra civil cuando las mujeres respondimos de una manera desigual ante la
tradición de tantos años, sufriendo las críticas, el rechazo y el desprecio de muchas de nuestro propio género.
Parece mentira que fuese en 1975 la primera vez que la mujer tuvo la
posibilidad de abrir una cuenta bancaria a su nombre.
Tras la entrada de la Ley de Igualdad, en 2007 se ha conseguido en
una pequeña proporción que algunas mujeres vayamos avanzando alcanzado esa
jerarquía en puestos de alta responsabilidad, siempre bajo el ojo crítico del
hombre. Si un hombre se equivoca la reacción es la del compadreo ¿que pasa macho,
tuviste mala noche? Pero ojo si el error lo comete una mujer, entonces el
comentario es ¡ Fíjate, mujer tenía que ser! Por lo que las mujeres debemos
estar demostrando cada segundo de nuestra vida, nuestra valia.
Rompamos ese techo de cristal creyendo en nosotras mismas y
haciendo que el hombre lo crea, demos el valor que merece a nuestras
posibilidades y capacidad y ayudemos a romper esos grandes techos de cemento
que soportan tantas mujeres en países que aún no se nos reconoce como a un igual,
mujeres castigadas y maltratadas por el simple hecho de ser mujer.
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