sábado, 17 de septiembre de 2016

Un poema para ti - La Hoja


Respiro en el aire tu nombre como la hoja de otoño caída, ocre, frágil, libre,
desposeída del peciolo que un día me dio vida.
Había vivido en lo más alto y ahora, allí, en el frío y húmedo suelo permanecía quieta, ausente de memorias vividas, quebradiza, perdida.
Unos pasos se acercaron, era la pisada del hombre.
No me vio, simplemente poso su paso ligero sobre mi dorso de hoja herida resquebrajándome en mil pedazos.
Me entremezcle con la tierra que las raíces de mi viejo árbol cubría, soporté el frío, la lluvia y la nieve, intentando recomponerme de mis mil heridas.
Sin quererlo, una mañana me vi brotar, me encontraba de nuevo unida a una de las ramas que un día me vio volar.
El Sol volvió a darme vida y ahora una vez más desde arriba veo a los hombres caminar entre la sequedad de sus anodinas vidas, pisando cruelmente otros dorsos de hojas caídas.
Vuelve la primavera y como el ciclo natural de la vida todo vuelve a florecer, todo se olvida, todo vuelve, todo termina, como la caída de aquella hoja de otoño, ocre, frágil y desposeída,



María del Carmen Aranda
Embajadora Universal de la Paz del Circulo de Embajadores con sede en Ginebra-Suiza, París-Francia
Embajadora de AIPEH en España
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