La Felicidad es ya un Triunfo y ello no significa que todo tenga que ser perfecto. Para cada uno de nosotros Ser Feliz y Triunfar tiene un significado distinto.
Yo, era un paréntesis dentro de su realidad y nada era mejor que el frío odio para contrarrestar la quemadura de la congoja unido al dolor; ese dolor, el único amigo que me acompañaba siempre, como si de un eunuco servil se tratase; día y noche siempre fiel a mí, a mi cuerpo, a mi mente, a mi ser y no había ninguna cura, porque era un dolor que emergía de los sentimientos acunados en mi interior.
Aquella noche tuve un sueño, era la propietaria de un gran secreto.
Al día siguiente acompañada por el amanecer me levante sigilosamente y con cierto temor me mire en el espejo; en ese momento descubrí que el gran secreto residía en mi. Lo tenía tan oculto, tan escondido, tan atrapado en mi interior, que no le permitía dejar salir.
Mi gran secreto por fin habían quedado al descubierto y me mostraba el incalculable tesoro que se encontraba en mi Mente y en mi Corazón.
A partir de ese momento decidí vivir mi vida con optimismo, levantarme siempre con una sonrisa en mis labios, ver y disfrutar de la luz del sol y poner el acento en todo lo que tenía a mí alrededor.
Abrir la mente y el corazón pensando positivamente es una de las bases para alcanzar el triunfo y nadie, nadie en este mundo, puede impedir esa decisión.